Un viaje de ansiedad
Son las 03.21 en algún punto de Tailandia, mi destino es Chiang Rai, el motivo del viaje conocer y confirmar que una chica de allí podría ser mi futura esposa.
El simple hecho de tener que ir de un sitio a otro ya me pone mas nervioso de la cuenta pero aun así intento no prestarle atencion, me afeito, calmada mente, mirando que los detalles de mi barba de tres días sean perfectos. Estoy utilizando una cuchilla nueva y aunque parezca que no, afeita muy apuradamente, lo se por que cuando acabo de afeitarme, de retocarme esa barba improvisada se que el tiempo utilizado ha sido menor del habitual.
La barba no me queda mal, se que a ella no le acaba de gustar pero en este momento me da igual, es justamente el look que el cuerpo me pide hoy o puede que sea simplemente que no quiero afeitarme toda la cara, por vagancia, la verdad es que no lo se pero lo que si se es que el resultado final esta bastante bien.
Normalmente me suelo afeitar en la misma ducha, a la misma hora de la ducha. Noto como si mi cara se sintiera feliz si me afeito bajo el agua caliente, aun así esta vez no lo he hecho, quería pensar en otra cosa, ocupar mi mente con pensamientos.
Llegado la hora debo de bajar las escaleras y dirigirme a la recepción de mi apartamento.
La hora se acerca y la emoción no me deja pensar con claridad, mi cerebro embotado olvida algunas cosas obvias, como coger el pasaporte, cosa importante si se quiere viajar.
Odio viajar, moverme, transportar mi vida a otra parte, aunque solo sea por unos días, soy un sedentario con el culo inquieto, me gusta viajar pero la ansiedad que siento ante tener que cambiar mi vida, aunque solo sea por unos días, me oprime el pecho, me obstruye la garganta, me ataca al corazón o por lo menos eso es lo que me hace sentir a mi, osea, una puta locura, parece ser un mecanismo de control que me inyectaron de pequeño en mi ciudad, para que los que nacemos allí no inmigremos.
Aun así, yo viajo, y hoy me esperan mas de doce horas en un bus y además un viaje previo a la estación de autobuses en Tuk Tuk, no se muy bien la razón, pero esa parte me asusta mas de la cuenta, demasiada emoción para mi, claro que a la hora de coger mi transporte se me pasará, la calidez de un autocar con asientos reclinables me tranquiliza, es como estar en un sitio que se mueve, eso no me altera, lo que de verdad me altera es verlo, ver los coches pasar, sentir el aire en mi cara, el tuk tuk saltando por los baches de la carretera.
Durante al menos 10 minutos de tiempo de trayecto me planteo si mandar todo el plan por la borda, el hospital esta cerca, quizá llegue a tiempo para que me reanimen por que esta claro que me esta dando un infarto o una embolia pulmonar, quien sabe lo que es pero lo que si esta claro es que me muero, me faltan segundos, pero después de unos segundos sigo vivo pero se que esto no durara mucho, quizá como mucho unos minutos, esto se ha acabado, gracias mama, gracias papa por tenerme, han sido 32 años maravillosos, joder, la verdad es que no han sido de esa manera ni por casualidad, llevo pensando en la muerte desde los 18, eso son 14 años con esta sensación de que hoy sera el ultimo día, el ultimo aliento pero, yo no lo disfruto como esa gente que trata de disfrutar su vida al 100%, no, ni si quiera eso, que pena, podría haber vivido de otra manera pero ahora solo me espera la nada eterna, ni siquiera creo en Dios, quien se puede tragar eso? Hay que ser crédulo para creerse esas patrañas, eso si, esa gente se debe de sentir reconfortada con ese pensamiento, les envidio por su ingenuidad.
Hola Miguel, tu blog desde hace tiempo. Llegue el 26 Diciembre a Khon Kaen y me alojo en el BanBua resort Hotel, cerca de la estación de tren. Si estas por aquí
ResponderEliminaro cerca me gustaría saludarte en persona, si tu quieres, claro. Estaré unos días, luego subiré a Udon y a Vientiane. Saludos. Adéu i moltes gràcies.
Renato
Email: roger5a@hotmail.com
Olvide poner "sigo", sorry 😊
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